Ese día prefería dejar curar sus heridas y descansar su cuerpo, pues era el único momento en la semana en que no entrenaba.
Se sentó en el cesped bajo un frondoso árbol, con un libro en las manos y comenzó a leer con tranquilidad.
Se sentó en el cesped bajo un frondoso árbol, con un libro en las manos y comenzó a leer con tranquilidad.