Entró lentamente, vistiendo una blusa blanca convinada con una falda corta negra y sus zapatillas de siempre, dejando caer su ahora larga cabellera fina y alvina sobre esos delicados hombros.
Dejó su patineta a un lado detrás de la barra, junto con la mochila en la que llevaba diversidad de cosas útiles para ella, y finalmente se sentó esperando a algun cliente.